Silicea está formado por la silica, que se produce a partir de silicio, oxígeno y agua, sin ningún otro ingrediente, y que se encuentra en la naturaleza. Esto permite que Silicea sea: de origen natural, obtenido de fuentes minerales y no de origen sintético. Además, Silicea no contiene conservantes ni estabilizantes y no ha sido irradiado.

Por otra parte el silicio orgánico, aunque por su nombre se interprete un origen natural o vegetal, no es realmente así, ya que se le conoce como orgánico por su estructura química, característica de las sustancias orgánicas.

Normalmente el silicio orgánico proviene de productos sintéticos como el triclorometiloilano o metilsilanotriol y a partir de un proceso de síntesis química de tipo orgánico se obtiene este silicio.

Este producto no está presente en la naturaleza, y por tanto no tiene el origen natural propio de Silicea.

Algunas plantas como la cola de caballo o el bambú también contienen silicio, pero al encontrarse unido a la matriz de la planta su digestión y absorción son más complejas, por lo que no se puede asegurar que llegue al organismo la cantidad necesaria de silicio.

Silicea tiene una mayor biodisponibilidad gracias a su estructura coloidal, que permite que se absorba por dentro y observes los resultados por fuera.